domingo, 14 de octubre de 2012

Paseo de los "Dos Miradores"

Iniciaremos nuestra ruta en la céntrica plaza de Isabel la Católica, conocida por muchos granadinos como "Colón", referidos ambos nombres al monumento situado en el centro de la misma y que representa la entrega de las Capitulaciones a Cristóbal Colón por parte de la Reina de Castilla el 17 de Abril  de 1492 en Santa Fé, gesto que supuso un cambio trascendental en la Historia. Este monumento fue realizado en 1892 por Mariano Benlliure, y las circunstancias relativas a la inauguración del mismo fueron comentadas en su día en uno de nuestros Concursos (ver aquí). Su primera ubicación fue en la zona del Humilladero, justo en la confluencia de la Carrera de la Virgen con el Paseo del Salón.

Monumento de Isabel la Católica y Cristóbal Colón ubicado en el Humilladero

Una vez vistos los detalles de la fuente, continuaremos por la calle Reyes Católicos, recordando que bajo el asfalto por el que circulan los coches, se encuentra escondido el cauce del Río Darro, y que en tiempos medievales sería un elemento esencial en la organización urbanística de la ciudad. Precisamente nos desviaremos a la derecha justo en el punto en el que se ubicaba uno de los puentes que lo cruzaban en aquella época: el puente del Baño de la Corona o de los Leñadores (qantarat al-hattabin) construido en el siglo XI y que ya detallé en una entrada anterior. Lo que más nos interesa ahora es que fue uno de los primeros en construirse, pues enlazaba directamente con la Calle Elvira, que desde la fundación de la ciudad ha tenido un protagonismo significativo, y además enlazaba con la que era una de las subidas a la Alhambra, por lo que situados en la Plaza de Cuchilleros podemos hacer un esfuerzo e imaginarnos ubicados casi mil años atrás en el tiempo, movidos por una gran cantidad de transeúntes y animales de carga con telas, o ladrillos fabricados muy cerca, todo ello por ser la parte izquierda del Darro sede de multitud de talleres y oficios vitales para el desarrollo de la ciudad.

Plaza de Isabel la Católica

Por tanto, subimos por la Plaza de Cuchilleros hacia la izquierda, hasta encontrar una pequeña calle denominada Ánimas, denominación que hace referencia a esas almas pendientes de acceder al descanso eterno y que tantas oraciones han recibido, tradición que ha quedado en desuso en la actualidad. Caminamos por esta calle estrecha que desembocará en la Cuesta de Gomérez, o de los Gomérez, una de las más conocidas hoy día pues es el camino más utilizado para subir a la Alhambra, y cuyo nombre hace referencia a la tribu beréber de los Gomeres, que durante la época medieval era una barranquera consecuencia de las aguas que bajaban de la Sabika. (más detalles aquí), y que en la primera mitad del siglo XVI sería recompuesta como calle principal de enlace entre la ciudad y los palacios alhambreños.

No llegaremos hasta la conocida Puerta de las Granadas, sino que nos desviaremos por una estrecha callejuela a la izquierda, de la Almanzora Alta que nos conducirá a la Placeta de la Miga, que tendremos que continuar en dirección norte, pero no bajaremos demasiado pues a la derecha veremos una calle con una subida pronunciada y escalonada, cuyo firme es bastante irregular por lo que es aconsejable llevar calzado adecuado. Seguiremos esta calle, que continúa hacia la izquierda y que está enmarcada por un tapiado de los cármenes que aquí están ubicados, cuyas puertas nos permiten vislumbrar el magnífico tesoro visual que nos encontraremos justo al final de este pasaje. Es una de las ventanas a Granada más desconocidas, pero que permiten observar la ciudad desde una perspectiva única, con el Albaicín al frente, en el que se aprecian claramente las diferentes iglesias por sus torres-campanario,y más abajo una perspectiva de la Carrera del Darro. Me abstengo de poner alguna imagen fotográfica del lugar, para que podáis descubrirla al realizar este paseo.

Cuesta de Gomérez

Continuaremos volviendo por la misma calle que antes, hasta la confluencia con la calle Almanzora Baja, que descenderemos de forma pronunciada y que nos conducirá directamente a la Plaza de Santa Ana, concretamente por detrás del Pilar del Toro. En este punto podremos contemplar elementos escultóricos tan interesantes como el propio Pilar, atribuído a Diego de Siloé, o la portada de la iglesia de Santa Ana. Además merece un reconocimiento la belleza de la torre campanario. En esta pequeña explanada estaría situado el Pilar de las Ninfas, del que os hablé en su día.

Plaza de Santa Ana


Seguimos nuestro caminar por la calle Pisas, ubicada justo enfrente del Pilar del Toro, y que nos servirá de puerta de acceso al Albaizín bajo. Su nombre se debe a la familia que construyó la casa-palacio que encontramos al final de la calle, que como casi todos los ubicados en esta zona, fueron terrenos cedidos por los Reyes Católicos a las familias más cercanas y poderosas, que serían además determinantes en el gobierno de la ciudad tras la Conquista cristiana. Tras su adquisición por parte de la Orden de San Juan de Dios, es en la actualidad la Casa-Museo, de gran importancia pues en esta casa fallecería en 1550 este famoso personaje de la vida granadina. Merece la pena acceder al patio y comprobar la armonía de su arquitectura, y si disponen de tiempo, visitar el museo de la Orden Hospitalaria.

El paseo prosigue por la calle Convalecencia, que desemboca en una pequeña plaza, y a su vez por otra callejuela hasta llegar a desembocar en una cuesta, que subiremos a la izquierda hasta encontrar la calle San Juan de los Reyes. Una vez aquí, tomaremos a no demasiada distancia, unas escaleras a la derecha por las que subiremos, hasta encontrar una calle que seguiremos a la izquierda. Nos conducirá al espacio conocido como Placeta de Porras, en el que lo más destacable son las edificaciones que lo rodean. Tanto la Casa de Porras (s. XVI) como los cármenes cercanos, como el de los Cipreses, aportan una identidad característica de esta zona del Albaicín, que sería ocupada en el siglo XVI por los caballeros regidores de la ciudad y oidores de la Chancillería, de ahí lo nobiliario de algunos de los edificios.

Hemos de subir por la derecha de la Casa de Porras, y tomaremos una calle a la derecha en subida que nos conducirá a la Placeta de la Cruz Verde, punto en el que descenderemos a la derecha por la calle Capellanes, hasta que a la izquierda aparezca la calle del Rosal, que nos conduce directamente a la plazoleta de Carvajales, punto en el que hallaremos el segundo de los miradores del paseo. En esta ocasión nos situamos justo enfrente del otro mirador, donde oteábamos la zona en la que ahora estamos. Desde aquí la vista es una perspectiva única de la Alhambra, pues permite apreciar con nitidez la zona de la Alcazaba, estructura primigenia de todo el recinto, pues en ella se ubican las murallas más antiguas, del siglo XI, y por tanto serían precursoras de las edificaciones más importantes realizadas ya en época de los nazaríes a partir del siglo XIII.

Vista de la Alcazaba desde la Plazoleta de Carvajales

No es tan conocido como el mirador de San Nicolás, por ello suele haber menos gente y más tranquilidad que aporta mayor placer al observatorio. Será este un momento para descansar antes de continuar y descender ya hacia plaza Nueva, que haremos continuando por la Calle del Rosal, hasta llegar a la placeta del Cobertizo, captando maravillosos olores provenientes de múltiples jazmines que sobresalen por encima de las tapias.

A partir de aquí lo único que tendremos que hacer será descender hasta la calle San Juan de los Reyes, y desde este punto hacia la Carrera del Darro, encontrando en el camino el Convento de la Concepción, desde cuyo compás observaremos los restos del antiguo Maristán u hospital musulmán, que espera una correcta intervención y restauración.

Desde la Carrera del Darro podremos llegar a la Plaza Nueva, quedando a izquierda y derecha las dos colinas visitadas y que nos han ofrecido dos miradores únicos. Espero que tanto las indicaciones como el mapa que os dejo a continuación sean suficientes para que realicéis este paseo sin problema alguno. Eso sí, en caso de completarlo, compartid conmigo vuestros comentarios en este espacio, complementando esta descripción con vuestras experiencias, sentimientos, pensamientos, que lo enriquecerán e invitarán al resto de lectores a realizarlo.



Ver Dos miradores en un mapa más grande

Seguimos caminando...