domingo, 15 de abril de 2012

Visita organizada a La Madraza

Como parte del programa de visitas organizado por el Secretariado de Patrimonio Mueble de la Universidad de Granada, en su séptima edición, se realizan grupos dirigidos por personal versado en la materia de historia del arte para divulgar el magnífico patrimonio arquitectónico y cultural de nuestra centenaria Universidad.

En esta ocasión participé en la visita a La Madraza, edificio en el que actualmente se ubican los servicios del Secretariado de Extensión Universitaria, siendo uno de los pocos privilegiados que pudimos pasear por las diferentes estancias de un lugar cargado de historia y que ha sufrido multitud de transformaciones estéticas y arquitectónicas.

Detalle de la cúpula octogonal del oratorio


Lo primero que he de destacar es que, aunque no era la primera vez que la visitaba, en esta ocasión me pareció mucho más intenso por ser nuestro grupo el único en la estancia, debido a que en anteriores ocasiones siempre había actividad en su interior y supone un impedimento para absorber toda su esencia.

Inicialmente se realizó la presentación de la historiadora del arte que realizaría un resumen de los aspectos fundamentales del edificio. Evidenció en primer lugar la gran cantidad de cambios que ha sufrido a lo largo de los siglos, ya que comenzando en el siglo XIV en el que se construye la Madraza (1349) se han ido sucediendo diferentes usos como el ser la primera Casa de Cabildo (Ayuntamiento) en 1500, hasta en el siglo XIX ser un almacén de tejidos tras la compra de un particular.

Portada actual de La Madraza


La visual de su portada principal es indicativo de que la transformación de la original Madraza ha sido total. Tanto por la extensión como por la organización de balcones y ventanas pertenecientes al estilo barroco, presagian lo que posteriormente se comprueba en el interior que es la ausencia casi total de la original estructura y distribución del edificio que se construye bajo el mandato del sultán Yusuf I.

Se accede por una puerta que en su estructura original sería más estrecha con acceso al zaguán y con un muro posterior que ocultaba la visualización del interior. Allí se encontraría un patio con alberca, elemento esencial de las construcciones de la época nazarí, y que actualmente se dispone como un pequeño patio con arcos sobre columnas. En el suelo del patio encontramos un pequeño hueco protegido por lo que pudiera ser metacrilato, tras el que se observa un suelo de ladrillo. Se trata de uno de los pequeños huecos al pasado que han podido dejar tras la reciente restauración del edificio, la cual contó con un profundo estudio arqueológico dirigido por el profesor Antonio Malpica Cuello. De las diferentes prospecciones se han podido establecer criterios objetivos tanto del origen de la Madraza como de su estructura.

Apertura en el suelo del patio en el que se observa el suelo de la primitiva alberca

Esto que se observa en el patio corresponde a los restos de la pequeña alberca que se ubicaba en el patio principal. Supone, como decía, una ventana al pasado que permite la traslación perfecta en el tiempo y el espacio sin más que dirigir la vista hacia el suelo. Al levantarla se observa lo que actualmente compone un patio en el que sus elementos esenciales son la escalera del siglo XVIII que nos lleva a las estancias del piso superior y la entrada al oratorio y sala de exposiciones.

Cuando subimos por la amplia escalera, hacemos una parada su descansillo para observar el enorme lienzo de Pedro Atanasio Bocanegra, del Bautismo de Cristo, y la cúpula churrigueresca. Llegamos a la planta superior, cuya reorganización se realizaría en los primeros años de dominación cristiana para adaptarla a los usos de Casa de Cabildos. La sala de Caballeros XXIV o sala de Cabildos es de una espectacularidad imponente. Sin duda sorprende su armadura de base octogonal, con dos pares de tirantes, que luce espléndido tras su acertada restauración, que permite observar con más claridad las pinturas de Francisco Fernández (1513). Uno de los detalles de la visita fue la apertura de un balcón de la sala, lo que nos proporcionó una visual de la calle Oficios desde una perspectiva inédita y grandiosa por el entorno.

Armadura de la Sala de Cabildos

Volviendo a la planta inferior accedemos a la sala de exposiciones, ubicada en la zona sureste del edificio y que utiliza la Universidad para realizar muestras y exhibiciones de diferentes artistas, relacionadas siempre con la institución. En ella comprobamos otro de los huecos al pasado que han podido dejarse tras la actuación arqueológica. En este caso se observan los restos de lo que fue un jardín con pabellones ubicado junto al oratorio.

Precisamente será el oratorio el que suponga el último punto de la ruta, en el que la vista se queda nublada ante tanta decoración de mocárabes, que si bien no es la original pues es consecuencia de la restauración llevada a cabo por Rafael Contreras a finales del siglo XIX, sí que es un espacio que puede servir para imaginar la importancia que los constructores de la Madraza dieron a este espacio, en el que se realizarían las oraciones dirigidas al Mihrab. Y aquí también se observan los restos arqueológicos que debido a su amplitud han permitido estudiar los diferentes usos del mismo terreno desde el siglo XI.

Entrada al oratorio


Al salir de nuevo al patio echamos un último vistazo a otra de las recuperaciones realizadas por la Universidad, ya que aquí se han ubicado las puertas de lo que fue el oratorio o capilla cristiana de la Casa de Cabildos. Habían estado perdidas durante mucho tiempo, pero fueron recuperadas por un anticuario y recientemente adquiridas por la Universidad para que todos los ciudadanos puedan disfrutar de esta obra de arte en la que participaron maestros como Pedro de Raxis y Pedro de Mena.

Aprovecho este espacio para felicitar a todas las personas que organizan e impulsan desde la Universidad de Granada este tipo de iniciativas, además de solicitar a quién corresponda que se mantenga cuantos recursos sean necesarios no sólo para su mantenimiento, sino para su ampliación. Sin duda carece de sentido que existan monumentos restaurados en nuestra ciudad y que nadie pueda disfrutar de su belleza y conocer de primera mano su historia. Creo que se puede considerar como la esencia divulgativa que toda universidad debe mantener.

Cúpula ubicada encima de la escalera


Seguimos caminando...

1 comentario:

Amalia J. Catena dijo...

Gracias, excelente información para los que esperamos que se amplíen las fechas de visita.

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