sábado, 24 de septiembre de 2011

Esperando su salida

Queda muy poco ya, horas para que los granadinos vivan de nuevo uno de los días más importantes, no sólo para la ciudad, sino también para buena parte de la provincia. La salida procesional de la Virgen de las Angustias se vive de una manera especial en todos aquellos que le tienen devoción, y que a lo largo del año acuden a su basílica menor para verla y tener un momento de oración y obtener sosiego en sus dificultades.

Como si de un decorado se tratase, cada año en la zona de la Fuente de las Batallas que se encuentra cercana al templo, se montan una serie de puestos que de forma tradicional exponen los frutos típicos de la tierra y de la estación otoñal en la que siempre se realiza. Preciosos bodegones con tonos rojizos y marrones de azofaifas, dátiles y granadas, el amarillo lo ponen los membrillos, acompañados de graciosos juegos con las maoletas o con almecinas que sirven como artillería lanzada con pequeños trozos de caña.

Granadas y membrillos en un puesto de venta

Acerolas y azofaifas
Dátiles en abundancia
Maoletas con sus cañas/cañones dispuestas para ser "disparadas"

Todo esto acompañado de los puestos de venta de las Tortas de la Virgen, que todas las pastelerías y obradores de la ciudad preparan sin descanso. Pueden ser con relleno de cabello de ángel, de chocolate, incluso de crema, o sin relleno. Muchos desayunos y meriendas de estos días cuentan con este acompañamiento en gran cantidad de hogares granadinos.

Pero ya en la basílica el decorado se prepara de forma distinta. La patrona de la ciudad abandona su camarín para ocupar el trono que la llevará en el último domingo de Septiembre por las calles de su ciudad. Cuando realizo las imágenes que os muestro son casi las siete de la tarde, y un río de personas se paran ante la imagen para realizar su oración. Ya está dispuesto su adorno floral, el magnífico manto dispuesto, y la plata reluciente.

Virgen de las Angustias preparada para su paseo procesional
Vista lateral del trono

Será mañana domingo, cuando a las seis y media de la tarde se realice la llamada a los primeros hermanos horquilleros para que levanten con sus hombros el paso y realicen la esperada salida. Acompañada irá la imagen de sus camareras y de cientos de personas que con su pequeña vela iluminarán el camino procesional. El cuerpo de hermanos palieros se encargarán de portar el palio y estarán atentos para cubrir el paso si existiese riesgo de que algún objeto o la lluvia pudiesen dañar la talla.


¡Que toque la campana, que muchos la esperan! Pocas son las horas que está en sus calles, las de la ciudad que desde hace siglos la venera. Momentos que conforman una de las tradiciones más bonitas de Granada. Os invito a vivirlo de cerca.

Seguimos caminando...

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